Atrévete a crear tu realidad biológica
Tu cerebro está programado para protegerte del peligro pero, a medida que evolucionas en la vida, tus instintos de supervivencia empiezan a sabotearte con sus respuestas reaccionarias y poco adecuadas a la realidad. Por suerte, hay formas de superarlo y mejorar tu inteligencia positiva para hacer que tu mente, tu cuerpo y tu espíritu trabajen al unísono y puedas crear tu realidad biológica.
La realidad biológica es el funcionamiento fisiológico y metabólico que creamos los seres humanos cada día, a cada minuto, con nuestros pensamientos, comportamientos, hábitos de alimentación, de actividad física, etc.
Por ejemplo, muchos se acostumbran a un nivel de ansiedad y cortisol elevado que es, no solo dañino a largo plazo, sino adictivo. Otros van conformando poco a poco un estilo de vida en el que se asume dormir poco, comer lo que sea para calmar el hambre y, a veces, ejercitarse sin un plan, con brotes extenuantes de actividad física que solo sirven para cansar más y ahondar en la debacle psicofísica… Eso sin contar los casi inexistentes momentos de desconexión y reflexión.
Viviendo con este estilo de vida poco adecuado para la salud, con mucha intensidad, favoreciendo sentimientos constantes de miedo, agresividad y “fuerza”, ponemos las bases para alteraciones fisiológicas inflamatorias, que se cronifican y refuerzan la ansiedad, la depresión, la faltas de memoria, la fatiga o el sobrepeso que se resiste.
Los emprendedores de éxito alcanzan el estatus de héroes en nuestra cultura. Idolatramos a los Mark Zuckerberg y a los Elon Musk, también celebramos el vertiginoso crecimiento de muchas startups. Pero muchos de esos empresarios, albergan demonios secretos: en su cambio al triunfo, pasaron por momentos de ansiedad, de miedo y desesperación casi insoportables, momentos en los que parecía que todo iba a desmoronarse.
Hasta hace poco, admitir vulnerabilidad era tabú. En lugar de eso, muchos emprendedores, ejecutivos y empresarios han practicado lo que los psiquiatras sociales llaman “gestión de la impresión” fundamentado en el famoso “fake it until you make it”. Y, precisamente, con este autoengaño los nuevos empresarios a menudo descuidan más su bienestar y se hacen menos resistentes.
Siempre me ha llamado la atención este tipo de comportamiento, entendible en una cultura que sacraliza el trabajo y el éxito, pero más difícil de entender entre personas capaces de crear un nuevo concepto o idea y hacer que tenga una utilidad para la mayoría. Me llama la atención la ceguera respecto a su capacidad creativa para con ellos mismos, como si su mente y su capacidad no tuvieran nada que ver con ellos. Parecido a la división entre cuerpo y mente que aún hoy sigue presente en el sistema sanitario y en la acción de muchos médicos.
De hecho, según estudios recientes, la mayoría de emprendedores tienen un profundo sentimiento de impotencia para influir o controlar aspectos importantes de su vida derivado de ese mal estilo de vida que propicia un nivel alto de cortisol y ansiedad de manera sistemática. Aunque ellos son los creadores de su realidad biológica, igual que crean sus empresas, quizás nadie les explicó que, en algún momento, dejaron que su mente subconsciente - la que nos hace reaccionar de forma automática y funciona el 95% del tiempo- fuese quien tomara el mando. De hecho sus miedos, su juez interno implacable, su perfeccionismo, etc., son los saboteadores automáticos que se esconden tras su estrés, ansiedad, mala alimentación y sedentarismo.
El resultado muchas veces es una búsqueda frenética de médicos y terapeutas que se ocupen de su bienestar mental, físico y espiritual. Y esta dependencia puede fomentar una actitud de victimismo e impotencia porque hace tiempo que dejaron de responsabilizarse de su salud y traspasaron esa responsabilidad a terceros.
Aunque nuestra cultura insiste en hacernos creer que el problema se resuelve desde nuestra mente analítica y racional, lo que lo que nuestra necesidad de cambio nos suele estar pidiendo es que aprendamos a desaprender. Que remodelemos algunas de las vías neuronales ya establecidas -incluso desde antes de nacer- para modificar las creencias que nuestros mayores nos grabaron y que nosotros aprendimos para poder sobrevivir. Solo cuando logramos conectar lo que pensamos, lo que sentimos y lo que percibimos en nuestra realidad física, es cuando podemos hacernos cargo de nuestra realidad biológica y, entonces sí, integrar hábitos y conductas que favorezcan nuestra salud y crecimiento personal de una forma natural.
Ese es el principal trabajo que hago con mis pacientes, ayudarles a entender que no existe una fórmula mágica, que la fórmula está en ellos mismos y lo trabajamos sobre un plan de estilo de vida basado en las últimas innovaciones científicas que aporta la medicina de precisión.
Los emprendedores son héroes sí, pero van en un avión a mucha velocidad: Su empresa, sus empleados, su familia, etc. son su “hijo” pero deben aprender que cuando hay turbulencias, se tienen que poner ellos primero la máscara de oxígeno si quieren ser de utilidad a los demás.
Pedro L. González-Sanz
Médico especialista en Medicina Preventiva que practica la medicina de precisión y del estilo de vida. Life Coach y Secretario general de Instituto Español de Medicina del Estilo de Vida.