Lanzarse a emprender a los 40, con una prole a las espaldas, no es lo mismo que hacerlo a los 20. Laurence Fontinoy nos cuenta la complejidad que le supuso compaginar en un mismo día varias vidas que conllevan cambios de esencia: ser madre, ser madre de tres y ser emprendedora. Declara valientemente que por aquel entonces, no quería volver a casa tras marchar de la oficina. Se le retuerce el corazón y se le anuda la garganta cuando nombra la pandemia. Relata el cierre de una ronda de financiación en pleno confinamiento maridado con el sentimiento de culpa por estar encerrada en una habitación sola, con sus tres hijos lloriqueando tras la puerta. Todo este cóctel mal gestionado la llevó al “síndrome del quemado”. Este es el testimonio, con mucho sentido del humor, de una mujer resiliente que aprendió a gestionar su start up y su vida personal desde la aceptación y que, nos apunta lo que son las claves, para poder lograrlo sanamente. www.woomhealth.com.
Por Toñi Garrido
SACALECHES Y RONDAS DE INVERSIÓN