Parejas Emocionalmente Inteligentes, la garantía del éxito.
Cuando la "cuota de arrastre" de los emprendedores es tan alta, ser una pareja emocionalmente inteligente es vital.
En mi práctica he conocido (y me puedo incluir) muchas parejas a punto de tirar la toalla. La vida nos arrasa y muchas veces tenemos aliento para apenas sobrevivir de manera individual con lo que hacernos cargo de la relación, nos resulta imposible. Tu mundo profesional puede suponer más o menos “cuota de arrastre”, pues bien, en el caso de los emprendedores tenemos que contar que esa cuota es alta, muy alta.
También puedo decir que, en mi experiencia, aquellas parejas que han sabido mirar por “encima de sus cabezas” han llegado a ser felices, muy felices. Las relaciones de mayor satisfacción y éxito han sido las que tras superar una o varias dificultades por fin encuentran el encaje donde todo fluye de manera más fácil.
Todas las parejas sufren en algún o en varios momentos de su historia y muchas veces pensamos que no podremos salir de esa situación jamás. En las relaciones es fácil que tendamos a ver todo en términos absolutos, con la idea de que esto que nos está pasando ahora “va a ser así siempre”. Cuando, en consulta, me cuentan lo que están viviendo, la primera recomendación que hago es la de corregir nuestra manera de comunicarnos y poner el “ahora” delante: “Ahora estamos discutiendo por cualquier cosa…¨en lugar de “discutimos por cualquier cosa”. Son informaciones muy diferentes para el cerebro.
Como creo que, a estas alturas ya todos sabemos, la inteligencia emocional es la capacidad de percibir, expresar y gestionar adecuadamente las emociones propias y reconocer y entender las de los demás. Ya se ha demostrado que quienes tienen desarrollada su inteligencia emocional cuentan con más recursos para afrontar cualquier dificultad y por lo tanto alcanzan mayor éxito en su vida en general, tanto personal como profesionalmente.
Las parejas también pueden ser emocionalmente inteligentes, pueden crecer y desarrollar recursos para abordar los conflictos. La felicidad la obtenemos, en gran medida, por la satisfacción y el crecimiento que nos ofrece la posibilidad de superar obstáculos. Según Ben Shahar, (precursor de la psicología positiva), las parejas más felices no son aquellas que no tienen discrepancias, si no, aquellas que las tienen y las pueden superar con éxito. Tiene todo el sentido: En una relación que me plantea retos, yo crezco como persona, soy cada vez mejor y mi autoestima y felicidad se incrementan.
Una pareja emocionalmente inteligente es la que sabe comprender que en esa relación hay 3 actores; mi mujer/marido, yo mismo y “la relación” y ésta última debe ser la “privilegiada” del sistema, es decir, hacer y actuar siempre a favor de ella por encima del interés de los miembros. Una pareja con inteligencia emocional respeta la diferencia en formas de ser, gustos, preferencias o valores sin considerarlos una amenaza para la relación, también son capaces de identificar y gestionar sus propias emociones y las del “otro”, pueden tomar decisiones, se dejan influir el uno por el otro, se comunican bien y son amigos, entre otras cosas.
Todo esto obviamente no es fácil. Si ya nos cuesta autogestionarnos y encontrar el camino para nuestra propia supervivencia, hacer esto mismo para la relación y en su caso también para los hijos al mismo tiempo, no cabe duda de que se trata de una empresa compleja y muy retadora.
En cualquier caso, el ser humano necesita a “otros” para ser feliz y tendrá que hacer todas las adaptaciones necesarias para que su sistema funcione. Si con tu pareja encontraste el ajuste en el pasado, seguramente puedas volver a encontrarlo si trabajas, confías y,-si es necesario, si buscas ayuda para reenfocar la relación. Esto hacen las parejas emocionalmente inteligentes. La relación hay que trabajarla y cuidarla, pero no tenemos que sentirnos mal si, a veces, no encontramos la manera de hacerlo. Porque sí, a veces, es demasiado.
Las parejas que tiran la toalla muchas veces replican los errores o cometen otros diferentes en su siguiente relación. Existen muchas parejas que no deben estar juntas y la mejor solución es que separen sus caminos, pero hay otras que tienen mucho sentido y, si es así, la satisfacción de superarse juntos es incomparable a la sensación que deja la frustración de no haberlo intentado.
Genoveva Mendoza
Psicóloga I Cofundadora y CEO de wefeelgame.com
Muy buen e interesante artículo.